martes, 11 de mayo de 2010

Fragmento de "Lora", primera novela del escritor Aníbal García Arregui.



"El misterio arde demasiado, no se deja palpar. A Lora le desazona perder la lógica de la secuencia cuando está a punto de llegar al climax. La mayoría de las veces cae al final un diluvio de visiones entremezcladas bajo el cual sucumbe su conciencia. Es tan veloz el pensamiento segmentado, y tan intensa su lucha por asociar ese momento con el amor sentido hacia algo concreo que se contrae y retuerce hacia atrás, hasta que la desorientación es absoluta y el efluvio de imágenes se torna un magma nervioso y multicolor. Nunca lo logra, su amor siempre estalla al final y se propaga sin ser identificado. Luego se queda suspendida en un tiempo agudo, entre el más brutal de los placeres físicos y la frustración de un ser que se disuelve, hasta que, justo antes de desapearecer, se eleva por encima su cuerpo en forma de esfera, esa forma en la que eclosiona cuando alcanza el orgasmo."

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