domingo, 29 de julio de 2012

El sabor del metal sobre la lengua dormida.

Me he roto, después de pedir paz, y de que ésta se me concediera en forma de ternura, estoy rota. Mis pasos me llevan en una dirección, y mi corazón implora por hacer aquello que destruiría mi sosiego, aquello que aún sin él, alzaría tan alto los latidos que mi pecho encierra, que volvería a sentir el refulgir de unas manos sobre mi cuerpo. Mi piel yace dormida hace tiempo, no tiembla, no palpita. En la tranquilidad encontré la comodidad de un lugar que no había conocido hasta ahora, pero abandoné a su suerte el trémulo placer del fuego, pensando que podía prescindir de él, y ahora viene para atormentarme, golpeando las paredes, hoy frágiles, de este lugar tan recientemente hallado. ¿Dónde has estado? ¿Por qué no has venido antes junto a mi? ¿Acaso esta paz que he tenido era imposible encontrarla junto a ti? ¿Quizás sea mi calma el precio a pagar para volver a sentirte entre mis piernas? Pasión cruel, decoloras mi sonrisa porque solo puedo mirarte desde lejos, y sentir la presencia de tu ausencia. Te imagino vagar por mis esquinas, subiendo como enredadera desde mis tobillos hasta los muslos, dejando un suave aliento, sin tocar, cerca de la humedad que alimentas. Te haces soga en mi cintura, lengua en mis pechos y aire en mis lóbulos, para después, sentir como mi cuello se presta a la tentación de tus mordiscos. Me abandono para que extraigas de mi cuanto desees hacia el paladar de las sombras que hoy nos envuelven. En esta locura que desorienta mi propósito, consigo atrapar tu cuerpo entre mis piernas, y hacer de tu pelo prisión para mis dedos temblorosos. Busco con mis labios tu cercanía, y te dejo entrar en mi escondite, para formar a la luz tenue de la vela, sombras dantescas de un monstruo de dos cabezas. Las lenguas luchan por conocer el sabor del otro, las manos de ciego adivinan las formas al tacto del cuerpo ajeno, y entre jadeos y gemidos, tu sangre y la mía se han mezclado en nuestros besos. La prisión de tus manos en mis muñecas es la libertad más deseada de todas. Me haces girar para así recostar tu pecho en mi espalda, oriento una mano hacia tu cuerpo, mi palma se deja deslizar donde la espalda pierde su nombre, y a la vuelta de tus colmillos en mi cuello, mis manos se hacen garras de deseo. Bajas por mi ombligo, subes por mis senos, y los violines tocan hasta que las cuerdas arden, hasta que olvidamos de qué estamos hechos. Y sentados uno frente al otro, uno sobre otro, cruzando extremidades que presionan dos latidos ahora cercanos, usas una mano entre mis pechos para alejar mi torso levemente de ti, mientras continúas marcando el ritmo que cabalgo. Te miro fijamente, y me pierdo en el color de tus ojos intensos, y el volcán de los deseos estalla febrilmente para unirnos de nuevo, boca con boca, muerdo tus labios, lento. Y en la quietud de la postura, nos quedamos toda la noche reconociéndonos. Suspendida tras el sueño, solo quedan las sábanas vacías de ti que arrugo entre mis dedos.Y sobre la tela, manchas rojas, que me hacen dudar si todo ha sido imaginado, aun teniendo aun el sabor de tu sangre sobre mi lengua. http://www.youtube.com/watch?v=zKCb4t_gH0o&feature=related

viernes, 1 de abril de 2011

ENTER para EXIT


La mayoría de las veces, por no decir siempre, lo bueno...tarda en llegar. Nos ansiamos, desamos la inmediatez como la buena generación de "Press the Enter" que representamos. Educados entre mandos y botones que "pulsamos por impulsos", con o sin necesidad. Rodeados de buscadores para cada duda, todo resoluto instantáneamente para crear, cuando la satisfacción no es inmediata, impotencia y frustración. Y al mismo tiempo, ante el gigantesco océano de riqueza, sentirnos faltos de "algo" más. WAKE UP!!

Y ando eligiendo, sí, eligiendo ser MÁS feliz, porque tengo tanto que me sobran botones (me hice una casa con ellos), los mandos los olvidé (monté una república donde nadie manda), no dejé que buscaran más por mi, si no que me nombré "buscadora" de todos los tesoros, que teniendo...no me había dado cuenta. Hoy soy tan rica que ni me falta plato, ni techo, ni risa...ni amor. XDD (Para los MINOlles de ricos que conozco)

miércoles, 26 de mayo de 2010

A todos los que forman parte de mi vida, y los que irán llegando a ella.



Por los días que giro en torno al centro de mi tripa,
por los malos humos y humores que a veces gasto,
y el desgaste que en ti hicieron.
Por las prisas que tengo o lo tranquilamente que
me tomo algunas cosas. Paciente e impaciente...

Porque te quise o te quiero o te querré...
y pienso en lo que has dejado en mi,
en lo que aun dejas, y que nunca, nunca...
se convierte en nada.

Porque también hay demasiadas risas
y lágrimas en los caminos que andamos juntos,
y separados sin dejar de compartir.

Porque llegaste a mi vida y siempre formarás parte de ella,
queramos o no, quieras o no, quiera o no quiera yo,
y yo...siempre quiero.

Hoy decirte que me importas,
y da igual que seas herman@,
amig@ o amante,
amor de una noche o de las mil,
amor de un solo beso,
o de sudores de horas trémulas,
platónicos inconfesables,
de confesiones en un baño a desconocidos,
o de amistades de años que perdurarán para siempre.

Por lo mucho que me enseñas cuando apareces,
y cuando desapareces...también,
por las veces que he gritado en silencio de felicidad
al verte...y al haberte conocido, al saber que hay en el mundo....
gente como tú...GRACIAS.

martes, 11 de mayo de 2010

Fragmento de "Lora", primera novela del escritor Aníbal García Arregui.



"El misterio arde demasiado, no se deja palpar. A Lora le desazona perder la lógica de la secuencia cuando está a punto de llegar al climax. La mayoría de las veces cae al final un diluvio de visiones entremezcladas bajo el cual sucumbe su conciencia. Es tan veloz el pensamiento segmentado, y tan intensa su lucha por asociar ese momento con el amor sentido hacia algo concreo que se contrae y retuerce hacia atrás, hasta que la desorientación es absoluta y el efluvio de imágenes se torna un magma nervioso y multicolor. Nunca lo logra, su amor siempre estalla al final y se propaga sin ser identificado. Luego se queda suspendida en un tiempo agudo, entre el más brutal de los placeres físicos y la frustración de un ser que se disuelve, hasta que, justo antes de desapearecer, se eleva por encima su cuerpo en forma de esfera, esa forma en la que eclosiona cuando alcanza el orgasmo."

Ebria enfermedad



Noche del 25 de Mayo de 2009

Con una avidez noctámbula,
con una furia perezosa e intranquila...
quiero decir.

Decir, chillar, morder, masticar...
caer agotada de pensar,
y sacar...sacar toda la basura
que consume la soledad
de este salón vacío.

Hoy no quiero acordarme
de tu nombre,
y recordar el mío,
¿cómo me llamabas...?
Ni siquiera evocar eso puedo,
tu voz me duele,
su recuerdo me destruye
y atormenta.

Y solo deseo tu lengua sin palabra,
sobre la humedad que provocas,
arrastrando el deseo sobre mi
propio cuerpo.

Sin cordura, sin piel que estorbe,
mátame ahora que no quiero
vivir mañana sin tu aliento.
No pensar en nada más
que en ese maldito y trémulo momento.

Ahora te imagino
apretando tus dedos en mi piel,
sofocada tu respiración, perdida en tu deseo,
mediando entre hacer infinito lo finito,
o dejar que pase el tiempo.

Quiero paladear tus vestiduras
sempiternas entre mis dedos,
ahogarme sin remedio,
morirme hoy,
hacerlo eterno.

viernes, 24 de julio de 2009

Sin luz


13/ 3/ 07



Sin luz

Estaba profundamente dormida, la ducha me había dejado solo con fuerzas para tirarme en la cama y cerrar los ojos.

Creo que lo que me empezó a sacar de mi sueño fue mi propio gemido, no sabía si seguía soñando o qué estaba ocurriendo, pero allí, en la oscuridad, había alguien a mi lado.
Sentía que algo se había colado dentro de mis braguitas, y que con movimientos de vaivén me acariciaba lentamente. Todavía sin mucha conciencia, mi mano fue al encuentro de aquello que me provocaba tanto placer, y me encontré agarrando una mano mucho más grande que la mía. De repente , uno de sus dedos me penetró. Ahí creo que desperté e instintivamente quise apartarle, pero él me agarró con una sola mano y lo impidió. Quise buscar a oscuras su rostro, pero mi visitante tenía otros planes para mi.

Sujetándome las manos por encima de la cabeza con una sola de las suyas, subió con la otra la insignificante camiseta q yo llevaba, para después volver a bajar hasta mi entrepierna. Entonces sentí sus labios sobre mis pezones, su lengua…su aliento. No entendía nada, pero la excitación que sentía era tan grande que me quedé totalmente a su merced. “¡¿Quién es?!” Me daba igual, solo deseaba seguir.

Mis ojos ya acostumbrados a la oscuridad le vieron arrodillarse a mi lado, y cogiéndome las manos, me indicó que ahora era mi turno. Estaba completamente desnudo, y consciente de que yo, ya era suya.

Empecé a acariciar su polla, que como él, era de dimensiones considerables, y no pude evitar imaginármela dentro de mi. Me fui incorporando hasta quedar de rodillas frente a él, y entonces agarró mi rostro con las dos manos, e introduciendo los dedos entre mi pelo hasta la nuca se acercó a mi boca; mientras yo, no paraba de tocarle. Quise besarle pero se apartó, solo rozó con su lengua mis labios, y bajando mi cabeza me invitó a besar otra parte de su cuerpo. Abrí la boca, sin saber muy bien por qué estaba haciendo eso, y él, poco a poco, fue introduciéndola toda dentro, con las manos aún en la nuca. Creí que me iba a ahogar, “¡demasiado grande!”, pensé, pero ahí permaneció, dentro, sin moverse durante unos segundos.
Entonces comenzó a entrar y a salir de mi boca, cada vez más rápido, y sentí su excitación. Cada vez cabía más, y decidí que yo también quería jugar. Pasé mi lengua por todo su sexo, recreándome en la punta, haciéndole arder en deseos de volver a estar dentro. Y así me lo hizo saber cuando ya no aguantó más, metiéndomela otra vez en la boca. Y volví a sentir su mano una vez más entre mis piernas, pero ahora no era solo uno de sus dedos lo que me penetraba.

Tan rápido que no sé cómo pasó, me encontré de rodillas aún pero de cara a la pared, con las manos y mi cabeza inclinadas y apoyadas, y él…detrás de mi. Me bajó las bragas, y entonces le sentí dentro, tan dentro…

Una mano sobre mi pecho y la otra en mi cintura, controlando el ritmo, rápido, muy rápido. La mano de la cintura me rodeó uno de los muslos hasta tocar mi ingle y con la otra apoyado en mi hombro, me inclinó mas aún. Entonces me agarró fuerte y la sentí toda dentro de mi; creí enloquecer, me faltaba el aire.

Noté su pecho sobre mi espalda, y su cara al lado de la mía, y al girar mi cabeza pude besarle por primera vez. Entonces me corrí, y cuando él supo terminado mi orgasmo la sacó para volver a ofrecérmela en la boca, más húmeda que nunca.
La agarré con una mano y mientras le masturbaba mi lengua y mis labios hacían el resto. Cogí una de sus manos y la puse sobre mi cabeza, haciéndole saber que si quería, podía ir indicándome. Esta vez entró más fácilmente, y entera, y noté como sus manos apretaban mi cabeza contra su entrepierna levemente. Comencé a moverme, primero suave, para luego ir acelerando cada vez más, y escuchar su respiración cada vez más agitada. En ese momento empezó a contraerse dentro de mi boca, y supe que iba a terminar. Adiviné que iba a sacarla pero entonces yo le agarré por la cintura y seguí moviendo la cabeza sin dejar que se apartara. Seguí su ritmo frenético un poco más y finalmente sentí como se corría. Su semen era abundante en mi boca, así que tragué lo que pude mientras permanecía aún dentro, y el resto iba cayendo entre mis labios.

Cayó de espaldas en la cama y en ese instante quise saber “quién”, pero antes de que pudiera encender la luz, y adivinando mi pensamiento, me agarró y dijo:
“¿No prefieres preguntártelo una vez más?”

Y me quedé a oscuras… “una vez más”.

miércoles, 22 de abril de 2009

Dios y el sexo oral

Para creyentes y no creyentes, para curiosos o simplemente los que se aburran, y con todos mis repestos, aunque mi fe no se comparta, al menos de la misma manera. Ahí os dejo un enlace cuanto menos interesante y que me sorprendió encontrar, y debo reconocer que reí al leerlo, pero no con maldad, más para mi son inevitables tanto el deseo como la risa, risa sin burla, por supuesto.
Pero no tiene desperdicio ninguno, leed hasta el final que os va a sorprender.


http://veciana.spaces.live.com/blog/cns!DDBF89A5713983AB!2377.entry?sa=301834118

martes, 21 de abril de 2009

Sin ganas de...


Cansada de mi ausente vida sexual, de mi falta de lívido, de acordarme de ti y de saber que seguro tú ya disfrutas entre las piernas de otra, decidí masturbarme. Y quiero aclarar que lo "dicidí", porque normalmente no es un acto a priori, ya que siempre lo llevo a cabo tras sentir que estoy....¿caliente? Sí, exacto, y en esta ocasión, y supongo que por la falta de cama compartida...mis ganas eran casi inexistentes.

Pero esta vez tenía algo nuevo, algo había cambiado. La otra noche besé a otro, le deseaba tanto que dejaste de estar, desapareciste, y él era el centro de todos mis sentidos, de toda mi pasión.
No terminamos en la cama, y bueno, los motivos fueron varios, pero ninguno la falta de ganas que teníamos, más bien fue una tregua. Pero descuida, ya hemos quedado para acabar lo que empezamos, y estoy esperando que ocurra ansiosamente.

Pues como te iba contando, estaba pensando en él, en sus besos, sus manos en mis muslos, entre mis piernas...su lengua en mi cuello...perfecto para excitarme al máximo y sin embargo no ocurría. Y ahí DECIDÍ que tenía que hacerlo y que le debía a mi cuerpo el intentarlo, que el pobre no lo está pasando muy bien desde el ayuno al que lo tengo somentido.

Empecé a imaginar como me gustaría que pasara... Me desnuda mientras siento su aliento en mi cuello, voy paseando con mis manos su increible cuerpo, terso y suave... Sus brazos rodeándome y su lengua en la mía. Me tumba sobre la cama y él se coloca entre mis piernas, y de rodillas, mirándome, empieza a masturbarme con su mano, que antes humedecía entre mis labios. Poco a poco se va inclinando sobre mi y recorriendo con su lengua mi boca, mi cuello, mis pechos. Me mira, y le veo disfrutar de mi placer... y entonces, empiezo yo a sentir que estoy ardiendo, febril.
Me muero por tocarle, por ser yo quien le haga estremecer, pero esta vez por no ser tú, él desea centrarse un poco más en mi, y por eso mismo, aun le deseo más y más...hasta perder totalmente el control. Nuestros cuerpos son una mezcla de sudor y jadeos donde hasta la propia piel es la del otro. Y entonces le siento dentro, empezamos a movernos y noto el calor y como se dilata en mi interior. El ritmo es perfecto, siento su olor, su sabor... Abro los ojos, él y no tú es quien está sobre mi, mirándome, somos uno. Y en ese uno llega el éxtasis... de los mejores que en mucho tiempo he tenido.


Me sorprendo a mi misma sonriendo en mi cama, con la felicidad del que ha conseguido más de lo que esperaba tras un esfuerzo inicial que poca esperanza daba, y por supuesto, con mi mano entre las piernas aun. La sonrisa se vuelve risa y luego calma. Ahora sigo sonriendo ¿Sabes por qué? Porque ahora te lo cuento, pero tú nunca estuviste ahí, no pasaste por mi mente, y cuando me corrí, me sentí libre por primera vez en mucho tiempo.

Moraleja, si lo sé, me masturbo antes!!!

martes, 7 de abril de 2009

Recomendado

Por lo divertido de algunas escenas, por lo sorprendete de otras, y por aumento de la lívido de las demás, aun sin ser todas las que están, ahí dejo esta dirección por si alguien se anima a verlas.

http://cirus.foroactivo.com/fotos-y-videos-f38/las-mejores-escenas-eroticas-del-cine-t3590.htm

1º PREGUNTA:


Cuál fue la primera fantasía sexual que tuvisteis la primera vez que os masturbasteis ( o más bien de la primera que os acordeis)?
Voy a adjuntar un capítulo de un libro que tras haberse publicado, se censuró dicho pasaje
por considerarse demasiado...osceno y aberrante? No sabría definirlo, cierto es que no carece de escenas desagradables e inquietantes, pero yo me reí (seguro que estoy enferma), ya que interpreté cierto sentido del humor, negro, pero al fin y alcabo, humor, ya me contareis si quereis, y lo que querais.

TRIPAS

Por Chuck Palahnuik
Tomen aire.
Tomen tanto aire como puedan. Esta historia debería durar el tiempo que logren retener el aliento, y después un poco más. Así que escuchen tan rápido como les sea posible.

Cuando tenía trece años, un amigo mío escuchó hablar del “pegging”. Esto es cuando a un tipo le meten un consolador por el culo. Si se estimula la próstata lo suficientemente fuerte, el rumor dice que se logran explosivos orgasmos sin manos. A esa edad, este amigo es un pequeño maníaco sexual. Siempre está buscando una manera mejor de masturbarse. Se va a comprar una zanahoria y un poco de jalea para llevar a cabo una pequeña investigación personal. Después se imagina cómo se va a ver la situación en la caja del supermercado, la zanahoria solitaria y la jalea moviéndose sobre la cinta de goma. Todos los empleados en fila, observando. Todos viendo la gran noche que ha planeado.
Entonces mi amigo compra leche y huevos y azúcar y una zanahoria, todos los ingredientes para una tarta de zanahorias. Y vaselina.
Como si se fuera a casa a meterse una tarta de zanahorias por el culo.
En casa, talla la zanahoria hasta convertirla en una contundente herramienta. La unta con grasa y se la mete en el culo. Entonces, nada. Ningún orgasmo. Nada pasa, salvo que duele.
Entonces la madre del chico grita que es hora de la cena. Le dice que baje inmediatamente.
El se saca la zanahoria y entierra esa cosa resbaladiza y mugrienta entre la ropa sucia debajo de su cama.
Después de la cena va a buscar la zanahoria, pero ya no está allí. Mientras cenaba, su madre juntó toda la ropa sucia para lavarla. De ninguna manera podía encontrar la zanahoria, cuidadosamente tallada con un cuchillo de su cocina, todavía brillante de lubricante y apestosa.
Mi amigo espera meses bajo una nube oscura, esperando que sus padres lo confronten. Y nunca lo hacen. Nunca. Incluso ahora, que ha crecido, esa zanahoria invisible cuelga sobre cada cena de Navidad, cada fiesta de cumpleaños. Cada búsqueda de huevos de Pascua con sus hijos, los nietos de sus padres, esa zanahoria fantasma se cierne sobre ellos. Ese algo demasiado espantoso para ser nombrado.
Los franceses tienen una frase: “ingenio de escalera”. En francés, esprit de l’escalier. Se refiere a ese momento en que uno encuentra la respuesta, pero es demasiado tarde. Digamos que usted está en una fiesta y alguien lo insulta. Bajo presión, con todos mirando, usted dice algo tonto. Pero cuando se va de la fiesta, cuando baja la escalera, entonces, la magia. A usted se le ocurre la frase perfecta que debería haber dicho. La perfecta réplica humillante. Ese es el espíritu de la escalera.
El problema es que los franceses no tienen una definición para las cosas estúpidas que uno realmente dice cuando está bajo presión. Esas cosas estúpidas y desesperadas que uno en verdad piensa o hace.
Algunas bajezas no tienen nombre. De algunas bajezas ni siquiera se puede hablar.
Mirando atrás, muchos psiquiatras expertos en jóvenes y psicopedagogos ahora dicen que el último pico en la ola de suicidios adolescentes era de chicos que trataban de asfixiarse mientras se masturbaban. Sus padres los encontraban, una toalla alrededor del cuello, atada al ropero de la habitación, el chico muerto. Esperma por todas partes. Por supuesto, los padres limpiaban todo. Le ponían pantalones al chico. Hacían que se viera… mejor. Intencional, al menos. Un típico triste suicidio adolescente.
Otro amigo mío, un chico de la escuela con su hermano mayor en la Marina, contaba que los tipos en Medio Oriente se masturban distinto a como lo hacemos nosotros. Su hermano estaba estacionado en un país de camellos donde los mercados públicos venden lo que podrían ser elegantes cortapapeles. Cada herramienta es una delgada vara de plata lustrada o latón, quizá tan larga como una mano, con una gran punta, a veces una gran bola de metal o el tipo de mango refinado que se puede encontrar en una espada. Este hermano en la Marina decía que los árabes se ponen al palo y después se insertan esta vara de metal dentro de todo el largo de su erección. Y se masturban con la vara adentro, y eso hace que masturbarse sea mucho mejor. Más intenso.
Es el tipo de hermano mayor que viaja por el mundo y manda a casa dichos franceses, dichos rusos, útiles sugerencias para masturbarse. Después de esto, un día el hermano menor falta a la escuela. Esa noche llama para pedirme que le lleve los deberes de las próximas semanas. Porque está en el hospital.
Tiene que compartir la habitación con viejos que se atienden por sus tripas. Dice que todos tienen que compartir la misma televisión. Su única privacidad es una cortina. Sus padres no lo visitan. Por teléfono, dice que sus padres ahora mismo podrían matar al hermano mayor que está en la Marina.
También dice que el día anterior estaba un poco drogado. En casa, en su habitación, estaba tirado en la cama, con una vela encendida y hojeando revistas porno, preparado para masturbarse. Todo esto después de escuchar la historia del hermano en la Marina. Esa referencia útil acerca de cómo se masturban los árabes. El chico mira alrededor para encontrar algo que podría ayudarlo. Un bolígrafo es demasiado grande. Un lápiz, demasiado grande y duro. Pero cuando la punta de la vela gotea, se logra una delgada y suave arista de cera. La frota y la moldea entre las palmas de sus manos. Larga y suave y delgada.
Drogado y caliente, se la introduce dentro, más y más profundo en la uretra. Con un gran resto de cera todavía asomándose, se pone a trabajar.
Aun ahora, dice que los árabes son muy astutos. Que reinventaron por completo la masturbación. Acostado en la cama, la cosa se pone tan buena que el chico no puede controlar el camino de la cera. Está a punto de lograrlo cuando la cera ya no se asoma fuera de su erección.
La delgada vara de cera se ha quedado dentro. Por completo. Tan adentro que no puede sentir su presencia en la uretra.
Desde abajo, su madre grita que es hora de la cena. Dice que tiene que bajar de inmediato. El chico de la cera y el chico de la zanahoria son personas diferentes, pero tienen vidas muy parecidas.
Después de la cena, al chico le empiezan a doler las tripas. Es cera, así que se imagina que se derretirá adentro y la meará. Ahora le duele la espalda. Los riñones. No puede pararse derecho.
El chico está hablando por teléfono desde su cama de hospital, y de fondo se pueden escuchar campanadas y gente gritando. Programas de juegos en televisión.
Las radiografías muestran la verdad, algo largo y delgado, doblado dentro de su vejiga. Esta larga y delgada V dentro suyo está almacenando todos los minerales de su orina. Se está poniendo más grande y dura, cubierta con cristales de calcio, golpea y desgarra las suaves paredes de su vejiga, obturando la salida de su orina. Sus riñones están trabados. Lo poco que gotea de su pene está rojo de sangre.
El chico y sus padres, toda la familia mirando las radiografías con el médico y las enfermeras parados allí, la gran V de cera brillando para que todos la vean: tiene que decir la verdad. La forma en que se masturban los árabes. Lo que le escribió su hermano en la Marina. En el teléfono, ahora, se pone a llorar.
Pagaron la operación de vejiga con el dinero ahorrado para la universidad. Un error estúpido, y ahora jamás será abogado. Meterse cosas adentro. Meterse dentro de cosas. Una vela en la pija o la cabeza en una horca, sabíamos que serían problemas grandes.
A lo que me metió en problemas a mí lo llamo “Bucear por perlas”. Esto significaba masturbarse bajo el agua, sentado en el fondo de la profunda piscina de mis padres. Respiraba hondo, con una patada me iba al fondo y me deshacía de mis shorts. Me quedaba sentado en el fondo dos, tres, cuatro minutos.
Sólo por masturbarme tenía una gran capacidad pulmonar. Si hubiera tenido una casa para mí solo, lo habría hecho durante tardes enteras.
Cuando finalmente terminaba de bombear, el esperma colgaba sobre mí en grandes gordos globos lechosos.
Después había más buceo, para recolectarla y limpiar cada resto con una toalla. Por eso se llamaba “bucear por perlas”. Aun con el cloro, me preocupaba mi hermana. O, por Dios, mi madre.
Ese solía ser mi mayor miedo en el mundo: que mi hermana adolescente virgen pensara que estaba engordando y diera a luz a un bebé de dos cabezas retardado. Las dos cabezas me mirarían a mí. A mí, el padre y el tío. Pero al final, lo que te preocupa nunca es lo que te atrapa.
La mejor parte de bucear por perlas era el tubo para el filtro de la piscina y la bomba de circulación. La mejor parte era desnudarse y sentarse allí.
Como dicen los franceses, ¿a quién no le gusta que le chupen el culo? De todos modos, en un minuto se pasa de ser un chico masturbándose a un chico que nunca será abogado.
En un minuto estoy acomodado en el fondo de la piscina, y el cielo ondula, celeste, através de un metro y medio de agua sobre mi cabeza. El mundo está silencioso salvo por el latido del corazón en mis oídos. Los shorts amarillos están alrededor de mi cuello por seguridad, por si aparece un amigo, un vecino o cualquiera preguntando por qué falté al entrenamiento de fútbol. Siento la continua chupada del tubo de la pileta, y estoy meneando mi culo blanco y flaco sobre esa sensación. Tengo aire suficiente y la polla en la mano. Mis padres se fueron a trabajar y mi hermana tiene clase de ballet. Se supone que no habrá nadie en casa durante horas.
Mi mano me lleva casi al punto de acabar, y paro. Nado hacia la superficie para tomar aire. Vuelvo a bajar y me siento en el fondo. Hago esto una y otra vez.
Debe ser por esto que las chicas quieren sentarse sobre tu cara. La succión es como una descarga que nunca se detiene. Con la polla dura, mientras me chupan el culo, no necesito aire. El corazón late en los oídos, me quedo abajo hasta que brillantes estrellas de luz se deslizan alrededor de mis ojos. Mis piernas estiradas, la parte de atrás de las rodillas rozando fuerte el fondo de concreto. Los dedos de los pies se vuelven azules, los dedos de los pies y las manos arrugados por estar tanto tiempo en el agua.
Y después dejo que suceda. Los grandes globos blancos se sueltan. Las perlas. Entonces necesito aire. Pero cuando intento dar una patada para elevarme, no puedo. No puedo sacar los pies. Mi culo está atrapado.
Los enfermeros del servicio de urgencias dirán que cada año cerca de 150 personas se quedan atascadas de este modo, chupadas por la bomba de circulación. Queda atrapado el pelo largo, o el culo, y se ahoga. Cada año, cantidad de gente se ahoga. La mayoría en Florida.
Sólo que la gente no habla del tema. Ni siquiera los franceses hablan acerca de todo. Con una rodilla arriba y un pie debajo de mi cuerpo, logro medio incorporarme cuando siento el tirón en mi culo. Con el pie pateo el fondo. Me estoy liberando pero al no tocar el concreto tampoco llego al aire. Todavía pateando bajo el agua, revoleando los brazos, estoy a medio camino de la superficie pero no llego más arriba. Los latidos en mi cabeza son fuertes y rápidos.
Con chispas de luz brillante cruzando ante mis ojos me doy vuelta para mirar… pero no tiene sentido. Esta soga gruesa, una especie de serpiente azul blancuzca trenzada con venas, ha salido del desagüe y está agarrada a mi culo. Algunas de las venas gotean rojo, sangre roja que parece negra bajo el agua y se desprende de pequeños rasguños en la pálida piel de la serpiente. La sangre se disemina, desaparece en el agua, y bajo la piel delgada azul blancuzca de la serpiente se pueden ver restos de una comida a medio digerir.
Esa es la única forma en que tiene sentido. Algún horrible monstruo marino, una serpiente del mar, algo que nunca vio la luz del día, se ha estado escondido en el oscuro fondo del desagüe de la pileta, y quiere comerme.
Así que la pateo, pateo su piel resbalosa y gomosa y llena de venas, pero cada vez sale más del desagüe. Ahora quizá sea tan larga como mi pierna, pero aún me retiene el culo. Con otra patada estoy a unos dos centímetros de lograr tomar aire. Todavía sintiendo que la serpiente tira de mi culo, estoy a un centímetro de escapar.
Dentro de la serpiente se pueden ver granos de maíz y cacahuetes. Se puede ver una brillante bola anaranjada. Es la vitamina para caballos que mi padre me hace tomar para que gane peso. Para que consiga una beca gracias al fútbol. Con hierro extra y ácidos grasos omega tres. Ver esa pastilla me salva la vida.
No es una serpiente. Es mi largo intestino, mi colon, arrancado de mi cuerpo. Lo que los doctores llaman prolapso. Mis tripas chupadas por el desagüe.
Los expertos dirán que una bomba de agua de piscina larga 360 litros de agua por minuto. Eso son unos 200 kilos de presión. El gran problema es que por dentro estamos interconectados. Nuestro culo es sólo la parte final de nuestra boca. Si me suelto, la bomba sigue trabajando, desenredando mis entrañas hasta llegar a mi boca. Imaginen cagar 200 kilos de mierda y podrán apreciar cómo eso puede destrozarte.
Lo que puedo decir es que las entrañas no sienten mucho dolor. No de la misma manera que duele la piel. Los doctores llaman materia fecal a lo que uno digiere. Más arriba es chyme, bolsones de una mugre delgada y corrediza decorada con maíz, cacahuetes y guisantes.
Eso es la sopa de sangre y maíz, mierda y esperma y cacahuetes que flota a mi alrededor. Aún con mis tripas saliendo del culo, conmigo sosteniendo lo que queda, aún entonces mi prioridad era volver a ponerme el short. Dios no permita que mis padres me vean la polla.
Una de mis manos está apretada en un puño alrededor de mi culo, la otra arranca el short amarillo del cuello. Pero ponérmelos es imposible.
Si quieren saber cómo se sienten los intestinos, compren uno de esos condones de piel de cabra. Saquen y desenrrollen uno. Llénenlo con mantequilla de cacahuete, cúbranlo con lubricante y sosténganlo bajo el agua. Después traten de rasgarlo. Traten de abrirlo en dos. Es demasiado duro y gomoso. Es tan resbaladizo que no se puede sostener. Un condón de piel de cabra, eso es un intestino común.
Ven contra lo que estoy luchando.
Si me dejo ir por un segundo, me destripo.
Si nado hacia la superficie para buscar una bocanada de aire, me destripo.
Si no nado, me ahogo.
Es una decisión entre morir ya mismo o dentro de un minuto. Lo que mis padres encontrarán cuando vuelvan del trabajo es un gran feto desnudo, acurrucado sobre sí mismo. Flotando en el agua sucia de la piscina del patio. Sostenido por atrás por una gruesa cuerda de venas y tripas retorcidas. El opuesto de un adolescente que se ahorca cuando se masturba. Este es el bebé que trajeron del hospital trece años atrás. Este es el chico para el que deseaban una beca deportiva y un título universitario. El que los cuidaría cuando fueran viejos. Aquí está el que encarnaba todas sus esperanzas y sueños. Flotando, desnudo y muerto. Todo alrededor, grandes lechosas perlas de esperma desperdiciada.
Eso, o mis padres me encontrarán envuelto en una toalla ensangrentada, desmayado a medio camino entre la piscina y el teléfono de la cocina, mis desgarradas entrañas todavía colgando de la pierna de mis shorts amarillos. Algo de lo que ni los franceses hablarían.
Ese hermano mayor en la Marina nos enseñó otra buena frase. Rusa. Cuando nosotros decimos: “Necesito eso como necesito un agujero en la cabeza”, los rusos dicen: “Necesito eso como necesito un diente en el culo”. Mne eto nado kak zuby v zadnitse. Esas historias sobre cómo los animales capturados por una trampa se mastican su propia pierna; cualquier coyote puede decir que un par de mordiscos son mucho mejores que morir.
Mierda… aunque seas ruso, algún día podrías querer esos dientes. De otra manera, lo que tenés que hacer es retorcerte, dar vueltas. Enganchar un codo detrás de la rodilla y tirar de esa pierna hasta la cara. Morder tu propio culo. Uno se queda sin aire y mordería cualquier cosa con tal de volver a respirar.
No es algo que te gustaría contarle a una chica en la primera cita. No si querés besarla antes de ir a dormir. Si les cuento qué gusto tenía, nunca nunca volverían a comer calamares.
Es difícil decir qué les disgustó más a mis padres: cómo me metí en el problema o cómo me salvé. Después del hospital, mi madre dijo: “No sabías lo que hacías, amor. Estabas en shock”. Y aprendió a cocinar huevos pasados por agua.
Toda esa gente asqueada o que me tiene lástima… la necesito como necesito dientes en el culo.
Hoy en día, la gente me dice que soy demasiado delgado. En las cenas, la gente se queda silenciosa o se enoja cuando no como la carne asada que prepararon. La carne asada me mata. El jamón cocido. Todo lo que se queda en mis entrañas durante más de un par de horas sale siendo todavía comida. Judías blancas o atún en lata, me levanto y me los encuentro allí en el inodoro.
Después de sufrir una disección radical de los intestinos, la carne no se digiere muy bien. La mayoría de la gente tiene un metro y medio de intestino grueso. Yo tengo la suerte de conservar mis quince centímetros. Así que nunca obtuve una beca deportiva, ni un título. Mis dos amigos, el chico de la cera y el de la zanahoria, crecieron, se pusieron grandotes, pero yo nunca llegué a pesar un kilo más de lo que pesaba cuando tenía trece años. Otro gran problema es que mis padres pagaron un montón de dinero por esa piscina. Al final mi padre le dijo al tipo de la piscina que fue el perro. El perro de la familia se cayó al agua y se ahogó. El cuerpo muerto quedó atrapado en el desagüe. Aun cuando el tipo que vino a arreglar la piscina abrío el filtro y sacó un tubo gomoso, un aguachento resto de intestino con una gran píldora naranja de vitaminas aún dentro, mi padre sólo dijo: “Ese maldito perro estaba loco”. Desde la ventana de mi pieza en el primer piso podía escuchar a mi papá decir: “No se podía confiar un segundo en ese perro…”.
Después mi hermana tuvo un atraso en su período menstrual.
Aun cuando cambiaron el agua de la pileta, aun después de que vendieron la casa y nos mudamos a otro estado, aun después del aborto de mi hermana, ni siquiera entonces mis padres volvieron a mencionarlo.
Esa es nuestra zanahoria invisible.
Ustedes, tomen aire ahora.
Yo todavía no lo hice.

Sin sed, pero deseando mojar mis labios



Anoche no te soñé, pero hubiera deseado que así fuera...

Me siento seca, por dentro y por fuera, por eso deseo que tus manos toquen,
resbalen sobre mi...y entren. Que aceleres mi pulso, mi respiranción, que hagas
que olvide el resto.

Métete dentro, totalmente dentro, usa todos los espacios disponibles,
porque nada te voy a negar, porque hoy, lo quiero todo.
Tu dedos, tu lengua, tu verga...donde quieras...y hazme sudar.

Volver a vibrar, aun sabiendo que después vendrá la muerte súbita del abandono,
la soledad de una cama fría, que ya solo se comparte para el finito momento de mojarla,
y una vez húmeda...se hiela cuando solo yo vuelvo a ella.

Muérdeme, déjame un recuerdo hoy ansiado, y que mañana odiaré,
te odiaré, y que me hará rememorar lo vivido, y satisfacerme sola,
siempre igual...acordándome de la última vez.

Ahora, tengo que hundir mis dedos, donde mi pensamiento me lleva,
donde me obliga el deseo, tu falta...y dedicaré mi orgasmo a todos...
menos a ti.

domingo, 5 de abril de 2009

En la distancia...

Mi lengua...marcará la pauta, y ahora que no te toco, mis palabras lo harán.