martes, 11 de mayo de 2010

Ebria enfermedad



Noche del 25 de Mayo de 2009

Con una avidez noctámbula,
con una furia perezosa e intranquila...
quiero decir.

Decir, chillar, morder, masticar...
caer agotada de pensar,
y sacar...sacar toda la basura
que consume la soledad
de este salón vacío.

Hoy no quiero acordarme
de tu nombre,
y recordar el mío,
¿cómo me llamabas...?
Ni siquiera evocar eso puedo,
tu voz me duele,
su recuerdo me destruye
y atormenta.

Y solo deseo tu lengua sin palabra,
sobre la humedad que provocas,
arrastrando el deseo sobre mi
propio cuerpo.

Sin cordura, sin piel que estorbe,
mátame ahora que no quiero
vivir mañana sin tu aliento.
No pensar en nada más
que en ese maldito y trémulo momento.

Ahora te imagino
apretando tus dedos en mi piel,
sofocada tu respiración, perdida en tu deseo,
mediando entre hacer infinito lo finito,
o dejar que pase el tiempo.

Quiero paladear tus vestiduras
sempiternas entre mis dedos,
ahogarme sin remedio,
morirme hoy,
hacerlo eterno.

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